¿Por qué algunas personas pueden comer más y no engordan?

La mayor amenaza para las personas son aquellas que afirman que sus cuerpos “odian a los carbohidratos”. Estas personas que parecen ser  alérgicas a los carbohidratos, realmente lo son. La sensibilidad al gluten, las alergias a los alimentos  hacen que comida como los granos y el pan sean un enemigo.

Incluso si no sufres de ningún de los problemas mencionados anteriormente, puede suceder que cuando consumes carbohidratos te puedas sentir más hinchado. Especialmente cuando los carbohidratos provienen del azúcar, dulces o de la comida procesada.

Esto es lo que le sucede a la mayoría de los que hacen dietas:

Paso 1: Ellos determinan que los carbohidratos son malos.

Paso 2: Eliminan todos los carbohidratos de su dieta.

Paso 3: La pérdida de peso ocurre entre la primera o segunda semana.  Su cuerpo está dejando caer el peso del agua.

Paso 4: El hambre y la frustración se acumulan. Por lo que el enfoque y los niveles de energía sufren. Eventualmente, se retorna a comer carbohidratos después de un tiempo (generalmente luego de dos semanas) ¿Qué sucede con esta situación? Te puedes sentir pesado, hinchado e incluso enfermo.

El proceso se repite en reiteradas oportunidades, por lo que vamos a terminar con el problema de los carbohidratos.  Cuando vuelves a ingerir carbohidratos después de un periodo de no hacerlo, muchas cosas suceden en tu organismo. En el nivel más básico, se repone el depósito agotado de carbohidratos y se recupera el agua perdida. El resultado final es pensar que los carbohidratos “son malos”. Lo que inevitablemente comienza una lucha por averiguar que puedes comer sin ser miserable.

¿Qué significa esto? El dilema de los  carbohidratos está dañando tu capacidad de entender que es lo que se puede y no se puede comer.

Una verdad injusta: Las personas delgadas pueden comer más carbohidratos

Cuanto de carbohidrato puedes comer y tolerar, es en base a tu cuerpo. No es una respuesta sexy pero es la verdad.

No puedes asumir que las dietas altas en carbohidratos son malas, así como no puedes asumir que las dietas altas en proteínas o en grasas son malas. Existen diferentes tipos de dietas que funcionan para diferentes tipos de personas.  Parte de esto se debe a como el cuerpo de cada uno responde y la otra parte se debe, a un aspecto menos fisiológico y más psicológico. La naturaleza fisiológica es a menudo controlada por la insulina, que en el nivel más básico, es una hormona de almacenamiento. En general, cuanto menor es la grasa corporal que se posee, mejor es la sensibilidad a la insulina.  Lo que significa que puedes comer más carbohidratos (tu cuerpo no reacciona tan agresivamente a grandes cantidades de carbohidratos, a menudo se ve como el aumento de azúcar en la sangre.) Si bien la insulina es importante para la pérdida de peso y la salud en general, no es una situación de blanco y negro.

Si eres más resistente a la insulina, no significa que no puedes perder peso, pero tiene un gran impacto en el tipo de dieta que debes seguir. Si eres más sensible a la insulina (normalmente la grasa corporal más baja), tu cuerpo responderá mejor a una dieta alta en carbohidratos. Si eres menos sensible (más resistente), a menudo puede sentir que más carbohidratos irán directamente a tu intestino o a tus glúteos. Y la mayoría de las veces, no sólo está en tu cabeza.

Un enfoque más equilibrado (y exitoso) es seleccionar una dieta y luego medir la pérdida de grasa cada dos a cuatro semanas (pero no con más frecuencia).

Recuerda: La pérdida de grasa no es magia. Si  piensas que tu sensibilidad a la insulina es buena, entonces tu dieta puede estar constituida por un 50% de hidratos de carbono. Si no estás seguro si eres resistente o no – y sabes que tienes mucho peso que perder- comienza con un 20% a 30%.

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